Volvemos con el.
Cierre de este capítulo de una historia que recién comienza, que es cómo se va a transformar el trabajo en el mundo, nuestro trabajo, nuestro futuro, el futuro de los hijos, en qué van a estar.
Y por eso quisiera repasar tres conceptos que hemos seleccionado de los muchos, muchos que han salido en esta conversación y que de alguna forma interpretan parte de los desafíos que tenemos hacia adelante.
Porque como no somos buenos en cambiar, en general los humanos, tampoco somos buenos en colaborar.
O en ser demasiado flexibles.
Y sin embargo parecen ser tres como habilidades críticas para lo que viene.
¿Cómo ven eso? ¿O cuáles otras habilidades uno podría tratar de echarle como polvos de hornear a los hijos, a la guagua o a uno mismo para poder estar mejor preparado en esta época? Yo pondría ahí el diálogo.
O sea, creo que es fundamental el encuentro de las miradas.
El poder aportar desde tu propia experiencia.
De trabajador, de empleador.
¿Qué es lo que hacemos aquí? Claro, en el fondo eso creo que...
Yo, el diálogo para mí es clave.
Totalmente.
Para necesidades o para problemas nuevos hay que aportar con formas nuevas.
Totalmente.
Y dialogar es clave.
Yo agregaría curiosidad.
Porque creo que la curiosidad...
De hecho probablemente todos los que estamos aquí no nacimos ninguno con inteligencia artificial.
Y a pesar de eso la entendemos, la manejamos y aportamos porque somos curiosos.
¿Por qué? Porque cuando eres curioso básicamente vas diciendo qué cosas nuevas van saliendo.
Todo esto que hablábamos de implementar, que era muy difícil.
Porque tú puedes tener una excelente herramienta, pero implementarla es difícil.
Se subsidia muy fácil si es que eres curioso.
Y la curiosidad es el hack del miedo.
Que es lo que te inmoviliza finalmente.
Y yo ahí creo que hay un par entre adaptabilidad y agilidad.
O sea, hay que llegar rápido y estar muy disponible a ir ajustando el camino.
Que es como flexibilidad, pero en realidad con agilidad y adaptabilidad creo que queda mejor el par.
Así como que esas dos cosas juntas.
Es interesante porque todas estas cosas que es como dejar ser, de ser lo que nos dijeron que era bueno en el siglo pasado, para empezar a ser este nuevo humano.
¿Cuál es la emoción que a ustedes los sostiene para no estar básicamente en la ansiedad y en la angustia? ¿Optimismo? Esperanza.
Me voy a sumar a esperanza.
Oye, quisiera llevarlos a un último juego.
En Élice buscamos impulsar, modelar, mostrar cómo se vería un diálogo multisectorial.
Ponerlo en la tele para que nos sea cada vez más fácil hacerlo y que se puedan cruzar.
Muchas veces después de este programa se juntan estos mismos sectores y generan nuevas cosas.
Y por eso queremos aprovechar de que cada vez más se pueda hacer un diálogo multisectorial.
Y que cada uno le pida al otro lo que cree.
que necesita del otro sector, entendiendo que cada uno representa al Estado, a la academia y al sector privado, ¿qué se pedirían si pudieran hacer grandes peticiones de manera cruzada a partir de ahora? Yo la tengo clarísima.
A ver, yo creo que uno de los desafíos que siempre tenemos los académicos cuando hablamos con el sector público y el sector privado es convencerlos de la necesidad de que cuando uno diseña los programas y diseña básicamente esa ruta de futuro, tener siempre incorporado cómo lo vamos a evaluar.
Porque aquí hay ya y va a haber, ojalá, ¿cierto? Mucho más plata, recursos que tienen un costo -oportunidad importantísimo.
Entonces, saber que el camino que estamos tomando es efectivamente el correcto, no lo podemos decidir si no tenemos evaluaciones que son realmente correctas.
Porque a veces, sobre todo el sector privado, dice, no, si yo hago una evaluación y tú lo escuchas y básicamente, técnicamente, no dan el ancho en lo absoluto.
Y hay un tema de desconocimiento y hay un tema de querer hacer las cosas rápido y de conformarse con un poquito.
Y aquí, de nuevo, el costo -oportunidad de cada recurso, de cada peso estatal es enorme.
Entonces, asegurémonos que el camino que vamos a recorrer sea el camino correcto.
Pasada la evidencia.
Y para eso necesitamos buena...
Exactamente.
Totalmente de acuerdo.
Hay que tener evaluaciones serias, rigurosas.
Exactamente.
Y ahora, de vuelta, hacia la academia, creo que los ciclos con los que cambia la academia son muy lentos.
Sí.
Sí.
Sí.
Sí.
Sí.
Un programa, una nueva mayo, un nuevo curso.
Y lo pensamos hoy día para que en siete años más de resultados haya algo que tenemos que hackear, que tenemos que cambiar para que la academia pueda ir respondiendo mucho más rápido a eso.
Sí.
Y ahí también creo que se requiere salir un poco de la misma marco metodológico cuadradito que puede traer, soltarnos un poco y experimentar más.
Sí, estoy de acuerdo.
Ahora, dicho eso, nos ha llegado, nos llegó el cachetazo.
El cachofazo.
Exactamente.
Las mayas, porque tú los cambias de maya curriculares son mucho más...
...más rápidos ahora.
O sea, toda la incorporación de inteligencia artificial está súper presente en todas las universidades y las cosas han cambiado más rápido dicho eso.
Y no tiene que ser más, sí.
Pero yo tomo tu punto que, en el fondo, los académicos siempre buscamos la perfección.
Queremos una evaluación de programa que sea, pero brillante y absolutamente con todo bien identificado y mientras que el resto lo quiere...
Y cuando se publica, yo lo arreglo.
Y cuando se publica, yo lo arreglo.
Y cuando se publica, yo lo arreglo.
Y cuando se publica, yo lo arreglo.
Y cuando se publica, yo lo arreglo.
Y cuando se publica, yo lo arreglo.
Y cuando se publica, yo lo arreglo.
Y lo segundo, yo pondría dos puntos.
Uno, confiar en el Estado.
Hay servicios que somos muy innovadores y que somos muy rápidos y ejecutivos en eso.
Y creo que Chiraló es un buen ejemplo de aquello, porque hay mucha...
Yo creo que hay mucho juicio respecto a que el Estado funciona lento, que tiene su ripio.
Y creo que hay instancias que...
Sí, es verdad, pero los que lo hacemos bien, tenemos que...
Existe, existimos, estamos.
Primero, para que nos miren.
Y lo segundo, creo que es relevante y no lo escucho cuando...
A veces...
Cuando se habla de productividad y se habla de la industria, los trabajadores están fuera.
Y creo que es importante mirar cómo estos actores, que son quienes realizan esta tarea, los que van a tener que cambiar sus habilidades, los que tienen que demostrar que van a cambiar para enfrentar los desafíos del mundo del trabajo, estén incorporados.
O sea, le estás pidiendo a la academia y al sector privado que incluyen más a los trabajadores en esta conversación sobre inteligencia y distribución.
Sí, sí.
Súper interesante.
Los tengo que despedir, pero les agradezco mucho.
Y sobre todo porque esta conversación es tan...
Tan urgente y tan importante ya.
Escuché que se van a juntar y van a intercambiar unos estudios, unas cosas.
Así que esperamos tenerlos pronto aquí en Hélice para ver, además, en 15 minutos más, cómo ya cambió el mundo y el futuro del trabajo.
Muchas gracias por estar aquí.
A ti.
Muchas gracias, Paloma.
Nosotros con ustedes los dejamos invitados a incentivar, amasar, atesorar justamente la curiosidad que nos permite transitar sobre cosas que definitivamente nos incomodan o nos atemorizan.
Con mayor velocidad y tal vez podría agregar desarrollando también la capacidad de asombro.
El asombro es algo que igual nos hace tener una experiencia física de mucha alegría y es cuando vamos descubriendo otros mundos que nos podemos entusiasmar a avanzar sobre ellos.
Así que sobre todo avanzar en el diálogo, avanzar en la colaboración, avanzar en conocer nuevas miradas nos va a permitir navegar mejor en estos tiempos acelerados, inciertos, pero apasionantes que nos atreven.
Nos ha tocado compartir.
Nos vemos muy pronto en otro capítulo de Elisa.