Cadena Ser en Navarra.
Microbios desde el Museo.
Ignacio López.
Coñi, catedrático de microbiología, director del Museo de Ciencias de la Universidad de Navarra.
Muy buenas tardes.
Muy buenas tardes.
Antes de entrar al tema de hoy, me gustaría que nos hablaras de una exposición que tenéis en el museo desde esta semana que viene, sobre un universo tan amplio y tan interesante como el de los insectos.
Mira, si recuerdas el año pasado nos dedicamos a los dinosaurios.
Ajá.
Había sido de un extremo a otro.
Nos vamos a otro extremo, pero nos vamos a un grupo de animales que sobrevivieron a la extinción de los dinosaurios.
O sea, que son muy interesantes, porque llevan varios millones de años en nuestro planeta, ¿no? Que son los insectos, ¿no? Entonces, esta es una exposición que tiene algunas características que yo creo que le hacen especiales.
Primero, es una exposición que hemos hecho desde cero en el museo, ¿no? Claro, no la traes, sino que es vuestra.
Es nuestra.
Es una exposición.
Es una exposición que comienza el 18, el día 18 de octubre, es cuando se inaugura, y es sobre todo también con actividades, talleres para colegios, ¿no? Son unos treinta y tantos paneles donde vamos a aprender desde la biodiversidad del mundo de los insectos, qué son los insectos, cómo colaboran entre ellos, responderemos a preguntas curiosísimas de, oye, ¿cómo ve un insecto? ¿Cómo escucha un insecto? ¿Cómo se comunican entre ellos? Hablaremos de abejas.
Hablaremos de abejas, de termitas, también de algunos que producen enfermedades, pero otros que nos curan enfermedades, ¿no? Es decir, es una exposición en la que vamos a aprender muchísimo, llena también de talleres escolares, conferencias, etcétera.
Tiene también otra característica que me gustaría señalar, y es que es inclusiva.
Hemos trabajado este año, ya lo hicimos el año pasado, pero hemos trabajado este año con el Colegio El Molino, de Pamplona, de chavales con discapacidad intelectual, y hemos diseñado...
Hemos diseñado junto con ellos la exposición, e incluso algunos días van a ser ellos los que van a ser de guías de la exposición, ¿no? Y también va a haber piezas en las que está prohibido no tocar, es decir, piezas para tocar y para escuchar, audio guías, etcétera.
Hemos tenido también el asesoramiento de la ONCE, ¿no? Una exposición muy, muy, muy recomendable con todas esas actividades a partir del 18 de octubre.
Qué chulo.
Dices exposición para colegios y para particulares.
Y para particulares.
Como siempre, si uno quiere más información, Museo de Ciencias, Universidad de Navarra, ahí en el primer pantallazo tendrá todo el acceso a la información de esta exposición, Insectos.
Bueno, pues esta es la exposición.
Ahora vamos a nuestro tema de hoy.
Si ya en su día, incluso desde la primera vez que estuviste en este programa, nos hablabas de la microbiota, de ese mundo de bacterias que pueblan nuestros intestinos, realizando una labor impagable e impagada.
Si ya desde entonces nos hiciste apreciar...
Si ya desde entonces nos hiciste apreciar y respetar esta microbiota, hoy vienes a contarnos que no es el único mundo de entidades que habita en nuestro interior.
Tenemos otro universo dentro de nosotros, en este caso, de virus.
De virus.
Lo que se denomina el viroma, o más en concreto, lo que se está estudiando actualmente, que empieza a haber artículos muy interesantes sobre el fageoma.
¿Y por qué este nombre? Porque la inmensa mayoría de los virus que están en concreto en nuestro intestino son virus que infectan bacterias.
Que es lo que se denominan, el término es bacteriófago, es decir, virus, fagos, es que se comen las bacterias.
Y a veces los...
solemos hablar de fagos y más.
Y de ahí viene el término fageoma.
Tú date cuenta que si hay bacterias, hay virus.
Allá donde haya bacterias, hay virus.
Y por cada bacteria podemos encontrar decenas de virus.
Por lo tanto, estamos hablando de miles de millones de fagos, de virus que infectan bacterias.
Están en nuestro intestino, ¿no? Y, claro, no son células.
Como todos los virus, los fagos, lo que hacen es alimentarse de las bacterias.
Son piratas de las células, en este caso, piratas de las propias bacterias, ¿no? Con lo cual, se nos abre una nueva puerta, como dices tú, a otro nuevo universo, a esa interacción entre estos virus y nuestras células.
Nos ha hablado de una cantidad bárbara de virus ahí en nuestro interior.
¿Se puede hacer una...? Una relación, una clasificación, una tipología.
Pues claro, ahora ya con las técnicas moleculares, pues hay catálogos, digamos, de los fagos que nos podemos encontrar.
Algunos hablan de más de 140 .000 especies distintas, tipos distintos de este tipo de virus.
Pero probablemente eso sea la punta del iceberg, ¿no? De hecho, se habla ya incluso de la materia oscura, en ese sentido, de decir, bueno, de todo lo que nos queda por identificar, en concreto, de esos tipos distintos de virus.
Lo que estamos viendo es que, bueno...
Son muchos, muy diversos, y que algunos con una frecuencia muy peculiar.
Por ejemplo, casi en algunas muestras que hay, que se obtienen, el 90 % de los fagos que hay ahí son fagos de un grupo de bacterias concretas que se llaman bacteroides.
Es decir, estamos viendo una enorme biodiversidad del mundo viral dentro de nuestro intestino también.
En la microveta ya hemos visto que sí, pero ¿puede este fageoma influir en la salud humana? Eso es lo que se está estudiando todavía, qué influencias puede tener.
Hay que tener en cuenta que están en una concentración muy alta, como digo, con una diversidad muy grande también.
Y además lo que se está viendo es que esa diversidad...
La diversidad de fagos es distinta de una persona a otra, que tiene que ver también, lo hemos dicho muchas veces, como la microbiota es diferente dependiendo del tipo de persona, ¿no? Es decir, que en la combinación de estos virus puede depender la edad, el sexo, la dieta, en definitiva, según tu microbiota, según los microbios que tú tengas, las bacterias que tú tengas, tendrás unos virus u otros, ¿no? Y eso, evidentemente, de alguna manera que todavía no conocemos bien, tiene alguna influencia en nuestra salud.
Nos has enseñado a querer, a apreciar a nuestra microbiota, así que nos preguntamos, ¿estos virus son malos o buenos para nuestra necesaria microbiota? ¿Son amigos o enemigos? Pues depende, ¿no? Son enemigos para las bacterias, pero sí es verdad que sabemos que los fagos intervienen, por ejemplo, en el intercambio de genes entre bacterias, ¿no? De manera que aumentan la variabilidad, por ejemplo, de la microbiota, ¿no? Y a algunas bacterias les pueden provocar...
Pueden proporcionar algunas nuevas funciones, ¿no? En algunos casos pueden ser funciones, digamos, malas, entre comillas, por ejemplo, la resistencia a los antibióticos.
Algunos genes o algunos, sí, algunos genes de resistencia a los antibióticos están mediados o se mueven entre bacterias a través de estos virus, ¿no? O toxinas también, ¿no? Es decir, que también tienen su componente, digamos, peligroso, digamos, ¿no? Porque pueden, como digo, aumentar la variabilidad.
Y darle nuevas propiedades a algunas de las bacterias que tenemos en nuestro intestino.
Además de esto que nos cuentas, sí que leo que hay un efecto positivo de los fagos, si se puede llamar así, que es evitar la superpoblación de bacterias que podría existir también.
Bueno, en realidad, tú date cuenta que estamos asistiendo a un auténtico juego de tronos entre el reino de las bacterias contra el reino de los virus, ¿no? O sea, siempre hablamos de imaginarnos todo esto.
Como un ecosistema muy complejo en el que, gracias a esos virus, a esos fagos que, como hemos dicho, matan o controlan a las bacterias, pues mantienen, de alguna manera, la población estable, ¿no? Si no hubiera estos virus, las bacterias seguirían creciendo y creciendo y creciendo.
Y entonces sería como una superpoblación bacteriana.
Entonces, ¿cuál es el papel ecológico de estos virus? Mantener esa población a raya, ¿no? De manera que, por una parte...
Las bacterias van evolucionando a hacerse resistentes a los virus, y los virus van evolucionando entre esos dos reinos, ¿no? Se calcula que hay miles de millones de bacterias en el intestino, pero esa población, una manera de controlarla son los propios virus.
Por eso, como has comentado antes, oye, ¿son buenos o son malos? Pues depende, ¿no? Porque en este caso, gracias a esos fagos, podemos mantener y controlar, de alguna manera, también esas bacterias intestinales, ¿no? Es interesante.
Fantísimo, es fascinante como dentro de cada uno de nosotros hay un delicadísimo ecosistema en equilibrio.
Ahí es la pregunta, el equilibrio de ese ecosistema, ¿no? Bueno, de todo esto que nos estás hablando ya es interesante, pero ahora la ciencia estudia cómo aplicar ese reciente conocimiento de los fagos, pues para terapias.
Claro, porque una de las posibilidades también, date cuenta que esto se ha visto que en algunas enfermedades, por ejemplo, el intestino irritable o el cáncer de colon, por ejemplo, se ve que hay una alteración también, una disminución en la diversidad.
De estos fagos, ¿no? Y si somos capaces de utilizar estos fagos para controlar la población bacteriana de bacterias malas, digamos, pues sería una terapia, ¿no? Es lo que se denomina fagoterapia, utilizar estos fagos como terapia para controlar la población bacteriana de algunas bacterias que pueden producir toxinas, que pueden resistencia a los antibióticos, etc., ¿no? Y ese es un tema también fascinante.
Cómo aprovecharnos de ese juego de tronos entre estos dos reinos, ¿no? Sí, era fascinante pensar en un reino independiente de bacterias.
En nuestro interior la microbiota, el asombro es máximo al ver como lo que hay es un ecosistema con depredadores, equilibrios, interacciones, como si fuéramos todos como muñecas rusas, como matrioscas, ¿no? Que dentro de cada uno de nosotros hay un mundo específico y dentro de ese mundo hay otro mundo y tal, es tremendo.
Fascinante como es todo el mundo de los microorganismos.
Llevando el asco a sus sardinas, sí señor.
Hasta la semana que viene.
Un fuerte abrazo.