Isabel Allende, homenajeada en la Universidad de Chile

EL MERCURIO (A) - CHILE - CULTURA - 24/09/2025 0:00:00


Tema: Educación Superior

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VPE: $ 6,73M

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Isabel Allende, homenajeada en la Universidad de Chile ELIHCNOTA / NÚZRA Y ONAHTANNOJ Con felicitaciones a la rectora Rosa Devés por ser la primera mujer que ocupa este cargo en la Universidad de Chile —“¡ya era hora!”, dijo con entusiasmo y los brazos abiertos hacia ella—, Isabel Allende inició sus agradecimientos por la Medalla Rectoral que recibió ayer en esa casa de estudios, en el marco de una visita para presentar su novela “Mi nombre es Emilia del Valle” (Alfaguara). En medio de los interminables aplausos del público que abarrotó el salón de honor y que la recibió de pie, la escritora chilena radicada en Estados Unidos subió a la testera junto a la rectora Devés y a la prorrectora, Alejandra Mizala. Entre los invitados se encontraban su hijo, Nicolás, y su nuera, Lori, que viajaron con ella, y sus amigas Delia Vergara, reciente premio nacional de Periodismo, y Elizabeth Subercaseaux. Junto a ellos, una larga lista de autoridades nacionales, como el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Blanco, y la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo, y universitarias, decanos y académicos. “Isabel Allende nos muestra un camino porque ha sabido ponerse en el lugar de otros y, especialmente, de otras”, señaló Rosa Devés. “Ha contado las historias de quienes fueron silenciados y ha dignificado las vidas de los oprimidos a través de la narración —agregó—. Dar voz y ofrecer un lugar, eso es lo que su literatura hace con fuerza y belleza. Esa es también la responsabilidad de la Universidad de Chile, como universidad pública”. Y luego enfatizó: “Al reconocer a Isabel Allende, entonces, no solo se celebra a una autora de éxito internacional, traducida a decenas de lenguas y leída en múltiples latitudes, se reconoce también a una mujer que ha sabido abrir horizontes de memoria, justicia y sensibilidad para todas y todos”. Carolina Brncic, directora del departamento de Literatura de la Facultad de Filosofía y Humanidades, presentó a la escritora, realizando un acucioso análisis de “una trayectoria que se inició en el periodismo con artículos que capturaban sensible e irónicamente la idiosincrasia nacional y se decanta en una prosa ELIHCNOTA / NÚZRA Y ONAHTANNOJ que, primero, condensó el sentir, la historia, los horrores y sueños de Chile y luego se amplió a otras experiencias y espacios en América Latina y Estados Unidos, concitando el interés de un abanico de lectores en múltiples lugares del mundo”. Tras recibir la medalla y el diploma, y después de otro prolongado aplauso del público, Isabel Allende felicitó a la rectora y “a todas las ministras y a las mujeres fantásticas que hay aquí; también a los varones, a los pocos que hay”, dijo, despertando las risas del público. Junto con agradecer “de todo corazón esta medalla inesperada, que me honra y me alegra”, dijo que aprovecharía “este micrófono para contarles cómo aterricé por milagro en este oficio de la escritura y trataré de responder a un par de preguntas que me hacen a menudo: por qué escribo y por qué sigo escribiendo a mi edad”. Preguntas que, por cierto, calificó de “estrafalarias”. “¿Por qué escribo? Porque si no escribo, se me seca el alma y me muero. Porque la materia prima es infinita y gratis”, aseguró, explicando luego su proceso de creación y el placer que le da “hilvanar palabras”. Con su habitual simpatía y humor, Isabel Allende encantó a la audiencia, con la que también compartió palabras de gran profundidad y emoción. Hizo un recorrido por su vida, habló de sus dolores, de las veces que tuvo que reinventarse. “Pero no me quejo, porque me ha tocado un destino digno de novela”, afirmó. “En general, la vida tiene algunos momentos luminosos y otros muy oscuros, pero el tiempo entre medio es gris y no deja huella. A mí me ha ocurrido mucho de bueno y de malo, éxito inesperado y amor siempre. También muertes, pérdidas, separaciones y lágrimas, desorden y confusión”, señaló. “He tenido que comenzar de cero más de una vez y en cada ocasión he ajustado mi historia. Me presento, me explico y un nuevo yo surge. El hecho de escoger cómo voy a contar mi vida, qué voy a destacar y qué voy a omitir es una forma de ficción”..